EVOLUCIÓN CULTURAL DE AMÉRICA
La llegada de las primeras poblaciones venidas de Asia al continente americano señala el comienzo de la Historia en el Nuevo Mundo. Asistimos de esta manera al inicio del Período Prehispánico, en el que gradualmente las reducidas hordas de cazadores irán dando origen a diferentes culturas que se expandirán desde Alaska hasta la región Magallánica. Altas civilizaciones florecerán en los valles de México y Guatemala, en el norte, mientras que los Andes Centrales serán el núcleo principal en la región sur. Este periodo llegará a su fin cuando los navegantes provenientes de España inicien la conquista del Nuevo Mundo, que de esta forma es arrancado de su aislamiento de milenios para incorporarse a la Historia Universal.
EL PROTOINDIO
Con una fecha de arranque que queda abierta, ya que todavía no se ha dicho la última palabra en cuanto al momento de la llegada de los primeros hombres al continente, este sub-período se prolonga hasta aproximadamente 20.000 a.C.
En este lapso los inmigrantes inician su adaptación al nuevo medio ambiente y se expanden por todos los confines. Los proto-indios eran básicamente buscadores de comida que cruzaron el estrecho persiguiendo a sus presas (mamuts, antiguos bisontes, etc.) integrando bandas de cazadores-recolectores que lentamente fueron desplazándose con rumbo sur.
Su instrumental era preferentemente fabricado en madera, hueso y piedra, trabajando esta última mediante la talla por percusión. De esta manera produjeron grandes choppers (hachas de mano), raspadores, martillos y herramientas 'bifaces' que se han encontrado en las excavaciones arqueológicas en abundancia. En Venezuela, (Jobo y Cumaré), en los Estados Unidos (Farmington, California), aparecen sepultados por material aluvional.
En Texas e Idaho (EstadosUnidos), en Muaco (Venezuela), en Tequixquiac (México), en Pikimachay (Perú) se encuentran asociados a restos de fauna extinta de hace 22.000 años. En Argentina, en el Altiplano Andino y en la región Valliserrana aparecen restos semejantes. Integraban pequeños grupos compuestos por familias de cazadores menores y recolectores que se cubrían con las pieles de los animales que mataban en los alrededores de los glaciares.
Algunos grupos con mayor movilidad fueron desplazándose hacia el sur, sobre regiones que ofrecían mayor variedad de alimentos vegetales y animales. Los hallazgos de menos de 20.000 años muestran una variación en el modo de vida de estos cazadores-recolectores, lo que nos indica el comienzo de una nueva etapa.
EL PALEOINDIO
En este período, que se extiende desde el 20.000 hasta el 8.000 a.C. es abundante la cantidad de restos arqueológicos hallados en Estados Unidos, México, Centroamérica y Sudamérica. Aparece una nueva industria lítica, la de las puntas de proyectil, talladas finamente en piedra que presentan variedades denominadas Clovis, Lanceoladas, Folsom, Inca, Fell, cola de pescado, etc.
Dan cuenta de la gran difusión de esta técnica, que llega hasta el noroeste argentino, el Río de la Plata, Patagonia y Tierra del Fuego. Müller Beck, un especialista alemán, afirmaba que esta técnica pudo ser aportada por nuevos inmigrantes procedentes de Asia que pasaron por Bering entre 28 y 23.000 años, antes de que el último avance de la glaciación Wisconsin cerrara el corredor de Alaska.
La otra gran innovación del período lo constituyó el atlatl o propulsor, artefacto que aumentaba la eficacia en el lanzamiento de las jabalinas por parte de los cazadores. Estas mejoras tecnológicas constituyeron la base de las Grandes Culturas Cazadoras del Pleistoceno, que habitaron las praderas y valles boscosos norteamericanos de clima benigno y abundancia de animales de presa.
Los yacimientos excavados señalan sitios de campamento y matanza, con restos industriales y huesos de bestias fósiles. Aunque no han quedado testimonios, se supone que fabricaron redes, cuerdas, adornos de hueso y plumas, etc.
En Mesoamérica (México y América Central) y Sudamérica se han reconocido versiones de estas formas culturales perfectamente adaptadas al medioambiente, que complementaban la caza mayor con la recolección, desarrollando un estilo de vida que perduró por siglos sin modificaciones sustanciales.
EL MESOINDIO
La retirada de los hielos hacia el norte (fin de la glaciación Wisconsin) generó importantes cambios climáticos y ecológicos hacia el 8.000 a.C. provocando la extinción o la emigración de los grandes animales que constituían la base de sustentación de los grupos paleoindios.
El paisaje americano comienza a parecerse al actual y los cambios se reflejan en las nuevas sociedades que surgen en este período. Diferentes patrones de subsistencia, tecnológicos y de asentamiento señalan la aparición del mesoindio, que se prolonga hasta el 2.000 a.C.
La alimentación de estos grupos se basaba en la recolección de frutos y semillas en las regiones semiáridas y de moluscos en la costa. Se han hallado en yacimientos arqueológicos morteros de madera, lo que supone la molienda de granos.
A las técnicas de tallado se agrega el afilado y pulido de la piedra y las nuevas puntas de proyectil presentan como innovación un pedúnculo que facilita su engarce en la punta de la lanza o flecha. Este desarrollo posibilitó los primeros asentamientos estables y el aumento de la población, con la consiguiente evolución cultural y social.
Aparece una nueva forma de subsistencia denominada "economía supletoria" que combinaba un cultivo incipiente con la tradicional caza y recolección, lo que aseguraba el alimento todo el año. Las culturas mesoindias dejaron como testimonio hachas pulidas con surco, morteros, cuencos de piedra, ganchos de atlatl, pesas para redes, cuchillos, agujas, anzuelos, cuentas de collar, flautas, sandalias, cestos, etc.
Practicaron la inhumación intencional, domesticaron el perro y fundaron asentamientos en el noroeste de México alrededor del 6.000 a.C., en Maratuá (Brasil) hacia el 5800 a.C., en Chilca (Perú) en 5000 a.C., Panamá (4800 a.C.) y otros.
EL NEOINDIO
Se extiende desde el 2.000 a.C. hasta 1519, año en que se produce la entrada de Hernán Cortés en la capital azteca,Tenochtitlán (México). En el Neoindio las áreas ecológicas de América ya aparecen definidas. En Mesoamérica y los Andes Centrales se asientan las bases para el desarrollo de las grandes civilizaciones indígenas, mientras que en el resto del continente el modo de subsistencia mesoindio persistió hasta el contacto con Europa.
El estilo Neoindio dio origen a la aldea agrícola y al urbanismo. El cultivo incipiente de Mesoamérica parece ser un poco más antiguo que el de los Andes Centrales y su desarrollo aparentemente fue independiente. Se cultivaba el maguey, calabazas, aguacate, en México, mientras que en Perú el maíz, poroto, batata, papa, mandioca, quinoa y amaranto eran el sustrato alimenticio principal.
Para esta época la agricultura podía mantener una estructura social compleja en la costa peruana y el Altiplano boliviano. Tanto en Mesoamérica como en los Andes Centrales surgen las grandes estructuras ceremoniales basadas en culturas agrícolas. En Centroamérica y Amazonia, a raíz de la pobreza del suelo y el clima húmedo alcanza éxito el cultivo de mandioca y yuca.
La producción de cerámica tiene su desarrollo en este período, por lo general está asociada a la agricultura, aunque abunda en la costa peruana, donde la subsistencia de los poblados estaba asegurada por la pesca y la recolección de moluscos en los llamados concheros. En Valdivia, Ecuador, se fecharon en el 3.000 a.C. los restos de cerámica más antiguos encontrados en Sudamérica.